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Mostrando entradas de 2011

Preparados, listos...¡llega el 2012!

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Apenas 26 horas y llegará el esperado 2012. Y digo esperado porque no he sentido nunca tanta gente con ganas de despedirse de éste 2011 y enterrarlo en un jardín que no sea el suyo. No nos vamos a engañar, ha sido un añito intenso (por llamarlo de alguna manera). En mi curso ha habido unos cuantos que se han ido y a los que extrañamos. Y sí, aunque me cueste admitirlo, en estas dichosas fechas se les echa en falta todavía más. Hay huecos tristes en la mesa, tocamos a más langostinos y Santa ha dejado regalos sin etiqueta debajo del árbol. Espero que al otro lado del Arco Iris todos los días sea Navidad. Pero bueno, que estamos acicalándonos para el 2012 ¡recibámosle como se merece! Yo al mío le voy a poner unos ojos que lo vean todo, que no pierdan detalle de lo que suceda, no solo debajo de mi nariz, quiero que también alcancen a ver el horizonte.  La boca la pintaré medianita, ni muy grande, para que no hable demasiado, ni muy chiquita para que exprese lo necesario.  Los

El vuelo libre del gorrión

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Agosto 2011 Antes del verano Kine y yo encontramos un gorrión en el parque. No se había caído de ningún árbol ni tenía herida ninguna pata. Simplemente le caímos bien y decidió probar a venirse con nosotros. Parecía estar muy contento porque cuando entró en casa empezó a cantar el brindis de "La Traviatta" . Yo no sabía que los gorriones pudieran cantar tan bonito, pero éste a parte de ser un bichillo gracioso, trinaba con tanta alegría que me entraban ganas de bailar como una loca.  A veces revoloteaba por toda la casa y casi conseguía ponerme nerviosa, pero reconozco que en el fondo me gustaba que se posara en mi hombro y me susurrara al oído. Cada día, antes de irme a trabajar, dejaba las ventanas abiertas. Quería que el pajarillo entrara y saliera cuando lo necesitara. Era un animal de costumbres y cada día, al volver de trabajar, le encontraba esperándome cantando a todo plumón en mi ventana. ¡Así daba gusto llegar a casa! Aunque no soy chica fácil, me

Galimatías-Balance 2011

Después de mirar las notas he pedido ver el examen. No es que no estuviera de acuerdo, es que quería aprender de los errores. El tutor me ha explicado que no basta sólo con aceptar. Dice que para conseguir alcanzar el sobresaliente hace falta asumir, digerir y dejar ir. Y a mi integrar los dos últimos pasos me cuesta. Me cuesta un montón. Estoy en el tercer año de "aprender a aceptar" y paso curso por los pelos, pero bueno, ahí voy. En algunas pruebas conseguí un "notable" y en otras llego justita al "suficiente". En esa columna del examen es donde todavía fallo, en no saber cuándo es suficiente. Pero el empollón de clase me ha soplado una fórmula que seguro me funcionará en el siguiente. En la asignatura de "el rechazo" mejoro progresivamente. Me hubiera resultado más fácil si desde parvulitos me hubieran enseñado a encajar este puzzle. Si en vez de hacer carreras para ver quien era más rápido, hubiésemos jugado a "cada uno es únic

Una tonelada de amor por una hora de trabajo

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Llamas al timbre y dejas el atasco y el sueño en el portal. -¡Buenos días! y la cara del que abre la puerta es un informe detallado de cómo han pasado la noche. Pruebas a combinar tu sonrisa con un guiño. Tu admiración por los que acompañan no cabría en mil campos de fútbol. Dejas los trastos en el salón y haces que corres por el pasillo para darle una sorpresa.  En la habitación el respirador burbujea. Menos mal -te dicen sus ojos- llegas justo a tiempo. Esa burbuja me estaba poniendo nerviosa. Acaricias sus mejillas y sonríes diciendo: -¿Cómo están hoy los ojos más azules del mundo? -. Mira hacia abajo para señalarme el tubo. -Lo sé - le digo -ya vengo a por ella. Y lo haces rápido, pero con la suavidad y el tiento de la primera vez. Nunca has experimentado una sonda aspirando entre las mucosas de tu tráquea, pero tu empatía te obliga a imaginarlo. Guantes, suero, dentro y las tengo ¡ya está!. Como dirían los gansgters: "un trabajo limpio y rápido". Ya no hay burbuj

La niebla cubre el Otoño de Madrid

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Son las 10 de la mañana y definitivamente el sol se ha tomado el día libre. Sé que es de día porque la luz sale de alguna parte y porque Kine ha venido a la cama a decirme que tiene hambre. Hoy toca abrazar la taza de café y respirar el vaporcillo que se escapa… Volver del baño como si fueras perseguido y saltar a la cama para perderte en el edredón sonriendo y con ganas de gritar: ¡Pero qué agustito se está en la camaaaa! Y mover las piernas muy rápido y frotar los pies para recuperar el calor y sentirte lo más feliz del mudo. Si encuentras otro cuerpo bajo el edredón, aprovecha para inundarte de su calorcito, ronronear de placer y hacer el amor todo el rato hasta que solo el hambre de comida te obligue a llegar a la cocina…(pero ponte algo, que en la cocina hace frío ;-) Es el día ideal para llevarte la taza de café de vuelta a la cama y leer ese libro que te tiene en ascuas, y disfrutar de esa sensación de paz y viajar por la ventana y pensar ¡qué frío tiene que hac