Channel Nº4
Les llaman sufridor@s o sufrid@s,
les reconocerás por el ensimismamiento en el que se encierran y por las grandes
expresiones de su dramatismo. Dicen que son l@s que con más frecuencia bucean
en el pozo, siempre sintiendo que el suyo es especialmente oscuro y que nunca
terminarán de hallar su fondo. Cuando deciden
ver la cuerda, salen y hacen magia con sus cuerpos, con sus ojos, con sus
voces, con sus manos…después de ingerir el veneno su alma les pide crear,
crear, crear… y del lodo surge la belleza…la belleza que toca, que desgarra o
que endulza, pero que hace tintinear los cimientos del otr@.
Les acusan de fabricar tormentas y
de ser capaces de arrasar con sus tornados emocionales aquello que parecía indestructible.
Explosiv@s, cohetes que truenan durante segundos y que luego se desvanecen y
caen en el vacío que ell@s mism@s han provocado. Perdid@s, vagan exigiendo que
alguien por fin comprenda la desazón que guardan dentro. Y castigan, y hieren,
y rechazan aquello y a aquell@s que no califican como “autentico”. Y se castigan,
y se hieren, y se rechazan cuando el espejo les muestra que ni ellos mism@s
califican para ser autentic@s.
Les alaban por su capacidad de mirar
a los ojos, por ver como ningún otr@ el dolor, por compartirlo de manera
auténtica. Si bien son capaces de hacerlo por comparación con el suyo propio, al fin y al cabo lo comparten y acompañan desde el corazón. Entienden el
sufrimiento tanto, que piensan que es parte de su ADN y así a veces sienten lo que
son, pero casi siempre piensan que son lo que sienten. Y así caminan….sintiendo
que un día son y entonces ayer no fueron y mañana no saben si serán. Su brújula
es su emoción y por eso giran tanto en torno a sí mism@s.
Les admiran por su magia que muchas
veces es otra bien distinta a la que ell@s aspiran. Y no sólo aspiran. Su látigo
no descansa. Primero siempre en ell@s y si no les sacia, entonces desde el pozo
lanzan el látigo a l@s más cercan@s. Luego viene la culpa que alimenta el
ensimismamiento y de nuevo se aíslan para purgar.
Les quieren aquell@s capaces de verles
debajo de su tormenta. Necesitan que est@s les enseñen la bonanza que hay en
ser normal. Necesitan que les apaguen la mecha con un cubo de realidad antes de
estallar y que les ayuden a mirar al espejo con dulzura. No podrán querer al de
al lado hasta que no abracen a su reflejo. Pero lo intentan, lo intentan tanto
que se pierden en al laberinto de la complacencia y se condenan a su deuda…hasta
que estallan queriendo romper cadenas que ell@s mism@s forjaron.
En realidad son como tod@s, almitas
enmascaradas caminando con la caja de herramientas que les tocó. Pero como se
sienten “especialmente especiales”, les hice o mejor dicho; nos hice este
regalito a l@s “cuatritos” que andamos buscando ser “especialmente normales”.
S.C.M.
Para mis compis de búsqueda I. I. y J., para R. que resiste a mi lado
contra viento y marea y para los que decidieron abandonar el barco porque mi tormenta rompió
el lazo. Gracias
Comentarios
Que bueno es aceptar. ;)
Será por lo del barco, pero me ha venido a la cabeza y seguro que gusta leerlo, aunque ya se haya hecho una o cien veces.
http://www.grijalvo.com/Citas/b_Espronceda_Cancion_pirata.html