A David...
El pijama te queda o no te queda. Es así. No es cuestión de talla. Ni siquiera de actitud. Es algo de más adentro. Lo tienes o no lo tienes. Él lo tenía. ¡Vaya si lo tenía! A él le quedaba bien el pijama, el kimono y la bata de profe. Hablo de mi compi y maestro David, que resulta que se ha ido. En realidad el pijama es para que "los otros" lo sepan. No porque nosotras/os nos transformemos en súper héroes cuando nos lo colocamos. Los súper poderes están disponibles si vestimos "de calle", en bikini e incluso cuando estamos desnudos. Porque forman parte de nuestro ADN. Porque hacer de intermediarios entre las personas y sus cuerpos es algo que se puede aprender pero, se nota cuando lo traes de serie. Lo llaman talento. O "don". Pero lo del "don" hace que nos movamos incómodos en las sillas que no ocupamos. Porque no nos gusta sentarnos. Porque lo nuestro es el movimiento. Lo dice nuestro nombre. Somos Kinés, fisioterapeutas, los terapeutas de la f